miércoles, 30 de abril de 2008

HIPOTESIS 17



INTRODUCCIÓN A LA HIPÓTESIS 17


Frente a la imposición de la teoría de la evolución, llega el momento de expresar nuestra posición.


· No podemos compartir los planteamientos ni las formas de los Creacionistas:

- Los planteamientos, porque no podemos aceptar que la Tierra tenga una edad de 10.000 años. Por la observación de la geología sobre la que descansan los yacimientos arqueológicos de las civilizaciones antiguas, podemos ver que realmente ha habido pocos cambios en los 4 ó 5.000 años que nos separan de ellas. Y no es admisible considerar que en los restantes 5 ó 6.000 años anteriores, se hayan formado las ingentes masas de rocas sedimentarias, y se hayan producido las distintas orogenias y transformaciones que se pueden observar en la corteza terrestre, ni aún considerando que la primera época de la Tierra fuese más “convulsa” que la época que llamamos histórica.

- Y las formas, porque en sus publicaciones y conferencias, mezclan los argumentos científicos con argumentos filosóficos y teológicos, y con citas bíblicas. Y consideramos que es necesario y conveniente, especialmente en el asunto que estamos tratando, respetar la legítima autonomía de las ciencias.

· No podemos compartir tampoco, algunos de los planteamientos de la corriente científica que se conoce como Diseño Inteligente, y aunque aún no ha formado un cuerpo compacto, por lo que conocemos, podemos decir que:

- Compartimos su convencimiento de que los seres vivos no han surgido como un resultado del azar.

- No podemos compartir con ellos, la idea que han tomado de los neodarwinistas, que da por supuesto que todos los seres vivos provienen unos de otros por evolución.

- Y tampoco podemos compartir con ellos algunos planteamientos reduccionistas, que tienden a explicar, que funciones o capacidades esenciales de los seres vivos , como los instintos, o las emociones, y en el caso del hombre, la razón, la cultura, la conciencia o la alegría, han emergido directamente de la materia mediante sucesivas expresiones de material genético.

· Y tampoco podemos compartir mucho con los Neodarwinistas:

- Aceptamos que algunas de las diferencias bioquímicas, funcionales, anatómicas o morfológicas que caracterizan la variabilidad dentro de una determinada especie, se han originado por una alteración genética.


- El resto de sus ideas, no podemos aceptarlas como argumentos científicos.

- No tendríamos ningún problema en aceptar que unos seres vivos de una especie, han evolucionado y se han transformado en otros de otra especie, siempre y cuando eso se pueda demostrar con pruebas sólidas, porque las que han presentado, hasta ahora, no resisten el más mínimo examen.

Así pues, entre los planteamientos actuales, no encontramos dónde posicionarnos.

Por los fósiles, podemos saber que han existido multitud de seres vivos en la Tierra antes que nosotros. Y parece que todos tendemos a aceptar que la vida en la Tierra tuvo un comienzo, un momento en el que pasó de no existir a existir, y lo mismo podemos decir de todos y cada uno de los seres vivos. Y en cada caso, eso sucedió de una manera concreta, en un lugar y en un tiempo concretos, por lo que existe la verdad sobre el origen de la vida, sobre el origen de cada ser vivo y sobre el origen del hombre.
Independientemente de lo que cada uno, usando de su libertad, piense sobre este asunto, es tarea de la ciencia intentar dilucidar, hasta donde se lo permitan sus medios, esa verdad: “lo que realmente sucedió”
Por todo ello, vamos a plantear una “hipótesis de trabajo” que consideramos nos permitiría en muy pocos años, acercarnos considerablemente a lo que realmente ha sucedido con los seres vivos. Pero antes, vamos ha hacer unas consideraciones generales sumamente importantes:

1. El evolucionismo ha supuesto, durante décadas, un freno brutal para el avance de muchas disciplinas. Es muy conveniente que dejemos de usar los términos evolucionistas como : adaptación, “mutación al azar”, selección natural, radiación adaptativa, datación absoluta, hominización, etc, por su imprecisión y por los prejuicios que contienen implícitos.

2. La mitad de los científicos del mundo, -muchos de los biólogos, de los botánicos, de los zoólogos, de los paleontólogos, de los antropólogos, de los farmacéuticos, de los médicos, y los genetistas por supuesto- están investigando asuntos relacionados directa o indirectamente con la evolución y la genética. Y aún siendo ésta última una ciencia muy importante en la que hay que investigar mucho más, empieza a parecerse a algo que “promete mucho y da poco”.

3. Por mucho que avancen la genética y los experimentos biotecnológicos, sólo podrán demostrar qué cosas el hombre es capaz de hacer con los seres vivos, o en todo caso, proporcionar una explicación lógica de “cómo pudo ser que sucediera, si es que realmente sucedió así”. La única respuesta válida de lo que realmente ha sucedido con la vida, tiene que venir necesariamente de la mano de los paleontólogos, los sedimentólogos y los paleoantropólogos, auxiliados por otras muchas ciencias.

4. Es urgente e imprescindible, incluir como parte esencial de la enseñanza troncal en todas las carreras científicas, la Metafísica, como una ayuda para que los alumnos se conozcan mejor, y para que puedan entender, que según sean sus planteamientos metafísicos, (conscientes o no), interpretarán de distinta forma los resultados objetivos de sus investigaciones.


5. Hay que potenciar los estudios biológicos de mecánica newtoniana, de anatomía comparada, de dinámica de fluidos, de tensiones de membranas, de ósmosis selectiva, de óptica, de deformaciones de coordenadas cartesianas, y otros muchos, relacionados con la física, las matemáticas y la ingeniería, si realmente queremos llegar a conocer el motivo por el que los seres vivos tienen ese desarrollo embrionario, esa anatomía interna y esa morfología externa.


6. Es un error histórico, de proporciones descomunales, la excesiva especialización cuando se estudian seres vivos.



Vamos a llamar a nuestra propuesta: “ Hipótesis 17 ”.


POSTULADOS DE LA “HIPÓTESIS 17”


· 1 - El origen de la vida en la Tierra, debe buscarse considerando una atmósfera y un ambiente semejante o muy parecido al actual.

· 2 - No hay motivos para aceptar, que los primeros seres que vivieron en la tierra, fueron seres unicelulares, ni tampoco para suponer que el origen de la vida fue monoespecífico.

· 3 - Los métodos de datación de los que disponemos en la actualidad, son todos ellos relativos, ninguno absoluto, están fundamentados en hipótesis; por ello es necesario ser muy críticos con su nivel de error, realizar dataciones cruzadas y buscar nuevos métodos.

· 4 - Las formas de organismos que no vivan en la actualidad, deben nombrarse como “especie fósil” para evidenciar la diferencia entre los criterios taxonómicos usados, y los que se emplean con las especies vivas.

· 5 - Las variaciones en los esqueletos internos o externos de las especies fósiles no pueden ser criterios determinantes ni decisivos de diferenciación específica, han de considerarse provisionales hasta que no se realicen estudios que verifiquen la repercusión de los cambios físicos y químicos del ambiente en el crecimiento, la forma y el tamaño.(1)

· 6 - Cuando se pretenda datar la aparición de cualquier phyllum, clase, familia, etc, para ser tomada en consideración, debe aportarse la información detallada de los restos, de la serie litológica en la que se han obtenido, del ambiente sedimentario originario, de las posibles correlaciones, de los métodos de datación utilizados, y una relación de los afloramientos de rocas más antiguas asociables a ese mismo ambiente sedimentario.



· 7 - Cuando se pretenda probar el paso de un “grupo” de seres vivos a otro, debe documentarse como en la propuesta 6, tanto para el “antecesor”, como para el “descendiente”, y realizar un inventario correlacionando los cambios morfológicos que han acontecido.

· 8 – Existen muchas menos especies-fósiles y especies vivas de las que se consideran, debemos invertir la tendencia y tender a agrupar todos los endemismos, las razas, y seguro que hasta varias especies en una sola. Hay que cuantificar matemática y geométricamente los parámetros de las variedades intra-especificas y buscar en otras causas además de en las genéticas, las diferencias intra-genéricas o intra-familiares.

· 9 – Los distintos “Tipos” (3) permanecen fijos a lo largo de las edades geológicas, tienen unos límites de variedad infranqueables, y según las distintas condiciones, se manifiestan preferentemente unas variedades u otras.

· 10 – El ser humano, es un ser único; es prioritario que cesen los intentos de “animalizarlo”.(4)

· 11 – Todos los hombres que vivimos y que han vivido en la tierra, pertenecemos a la misma especie.(5)

· 12 - Todos los seres humanos que vivimos y que han vivido en la Tierra, descendemos de una primera pareja.(6) El momento de su aparición, debe documentarse conforme a lo expresado en el postulado 6.

La Verdad nos hace libres, en la ciencia también.

Angel Luís Hurtado Contreras
Semogil, 29 de Abril del 2.008.

(1) Hay que retomar los trabajos de D’Arcy Thompson, (1.942); Gttlieb, H (1.915); Sédillot, (1.864-69); Brady, H,B. (1.884); etc.
(3) Los llamamos tipos, sin precisar, porque en según los casos se tratará de familias, super-familias, géneros, clases etc. Nos referimos por ejemplo a tipos como las tortugas, los pinos, los saurios (desde el cocodrilo a la lagartija), etc.
(4) De lo contrario, pronto será lo mismo: tomarse una pastilla de antibiótico, pulsar el botón de un spray insecticida para librarnos de unos mosquitos y dirigir un campo de concentración con cámaras de gas y hornos crematorios.
(5) Hay que continuar los trabajos de Milford Wolpoff y Alan Thorne, pero sin prejuicios evolucionistas.
(6) Hay que estudiar mejor la variabilidad de la especie humana. Y hacer una revisión exhaustiva de todos los yacimientos con restos humanos que no encajan el dogma y en los tiempos de la visión evolucionista.

PROFECIA SOBRE JUAN PABLO II



Esta poesía fue escrita por el poeta
polaco Juliusz Slowacki
a principios del siglo XIX.
Más de un siglo antes
de la elección de Juan Pablo II.



En tiempos de discordia Dios elegirá
a un Papa eslavo, más valiente que el italiano
que lo precedió. Él no tendrá miedo
de aceptar el reto y luchar.

El rostro resplandeciente, su poder
detendrá la marcha del sol;
su palabra guiará las naciones
a la más pura de las luces.

¡Ya viene! ¡Hierve la sangre
en nuestras venas! El espíritu es poder.
Su Espíritu-Poder cambiará la faz de la tierra.
El Papa-Pueblo cura nuestras heridas.

Los ángeles esparcen lirios en su trono;
él da amor allí donde los poderosos dan armas.
Él concede la fuerza del sacramento.
Una paloma vuela desde su canción,
alimentando la esperanza.

El cielo se abre y las naciones firman la paz.
Él barre la suciedad de la Iglesia,
el Papa eslavo que vendrá
a revelar la mano de Dios en toda la creación.



Esta poesía aparece en el libro titulado
“El papa oculto” de Darcy O’Brien
que trata sobre la infancia de Karol Wojtyla,
su amistad con Jerzy Kluger
y su relación con el pueblo judío.
Editado por Javier Vergara editor en 1.999.

lunes, 28 de abril de 2008

EL DRAMA DE LA SEPARACIÓN DE LA FE Y LA RAZÓN

La separación de la fe y la razón

En el pensamiento contemporáneo se afirma sin temor y casi con descaro que es imposible alcanzar la verdad. No hay una verdad universal sino verdades. Todos hemos escuchado decir : “todo depende del punto de vista con que se le mire” o “esa es tu opinión (= verdad), pero mi opinión es otra”. Comprobamos como no hay ni existe una verdad universal, objetiva y certera que nos haga tener una tensión hacia el conocimiento de ésta. Este estado del pensamiento humano que proviene del nihilismo donde no hay nada que podamos conocer realmente, sino solamente sensaciones o sentimientos subjetivos, es el que reina hoy en día en las distintas escuelas filosóficas y de pensamiento que encontramos en cualquier tertulia o en la universidad.

El papa consciente de este cáncer del pensamiento moderno afirma en la encíclica Fe y Razón: “…algunos filósofos, abandonado la búsqueda de la verdad por sí misma, han adoptado como único objetivo el lograr la certeza subjetiva o la utilidad práctica. De aquí se desprende como consecuencia el ofuscamiento de la auténtica dignidad de la razón, que ya no es capaz de conocer lo verdadero y de buscar lo absoluto” (FR 47c). Se puede comprobar que en un pensamiento que renuncia al conocimiento de la verdad universal, la fe no tiene cabida, pero tampoco la tiene la filosofía. Ésta última ha tenido como fin desde los presocráticos la búsqueda de la verdad.

La Revelación es objeto de fe pero esto no quiere decir que sea absurda. Desde los primeros siglos los cristianos han intentado decir su fe desde la razón. Y ya no solo decir o explicar su fe como hicieron los apologetas sino buscar la inteligencia del misterio de la Revelación. Así fe y razón han sido como dice Juan Pablo II: “las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad” (FR 1). Esto es afirmar que tanto fe y razón son necesarias para poder contemplar la verdad. No es posible una fe adulta que no utilice la razón, como tampoco un racionalismo radical que quiera pasarse de la fe para el conocimiento pleno de la verdad. Este racionalismo solo conduce al nihilismo y éste al relativismo haciendo de la razón objeto de sospecha como instrumento para el conocimiento de la realidad y de la verdad.
Vemos como el intentar separar la fe y la razón conduce a un sinsentido y una pérdida de la esperanza en las capacidades que tiene el hombre de conocer la verdad. Por esto es necesario el recuperar esta relación intima entre fe y razón pues no hay fe sin asentimiento libre de la razón y no hay razón sin la convicción de que somos capaces de conocer la verdad. El Papa nos habla de este empobrecimiento de la fe y de la razón: “la razón privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacerle perder de vista su meta final. La fe, privada de la razón, ha subrayado el sentimiento y la experiencia, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal”(FR 48a).

Tanto fe y Razón están llamadas ha tener una reciproca autonomía. Donde cada una en su campo sienta que necesita a la otra para alcanzar su plenitud. El error contemporáneo, y que dura ya desde el siglo XV, de separar radicalmente la fe y la razón solamente ha llevado al fundamentalismo religioso por un lado y al nihilismo y relativismo filosófico por otro.

Hoy más que nunca es necesario anunciar que el conocimiento de la verdad es posible y que fe y razón son los instrumentos necesarios para lanzarnos a esta aventura del conocimiento de la verdad. La filosofía, que hoy tan marginada esta en los planes de estudios y en las universidades, debe recuperar su vocación primera de amante de la sabiduría, buscadora incansable de la inteligencia de este mundo y creyente en la existencia de la verdad y convertirse de nuevo en lo que siempre ha sido una descubridora de la verdad. La Teología, que para muchos no es más que un conocimiento esotérico e irracional, pueda recuperar verdadero lugar como ciencia de la Revelación, buscadora de la inteligencia del misterio de Cristo. Y que tanto filosofía y teología, que durante tantos años fueron de la mano, porque no era posible de otra manera, vuelvan al lugar que se merecen.

Juan Pablo II en la encíclica Fe y razón nos muestra como fe y razón son dos capacidades del espíritu humano que nos hacen conocer lo mas sublime de nuestra realidad y que no son contradictorias ni capaces de poder sobrevivir la una sin la otra. Y termino también con las palabras de Juan Pablo II: “A la parresía de la fe debe corresponder la audacia de la razón” (FR 48b).
Antonio Sánchez Rodríguez
Murcia, abril 2008